Sobre mi

Este blog nace del deseo de escribir de muchísimas situaciones, eventos, lecturas, visiones, experiencias... Soy mujer, hija, hermana, tía, amiga, joven; pero también juego otros roles como los de estudiante, discípula, profesora de historia, amante de la lectura, pintora en mis ratos libres...

Cambiemos paradigmas educacionales

Siempre se aprende cuando uno cumple la linda labor de enseñar. Si bien muchos profesores y profesoras, en la actualidad, continúan pensando que son ellos los llamados a "poseer" el conocimiento, es decir, quienes desde un pedestal deciden entregar parte de su sabiduría a un grupo de "in-sabios" (nunca todo, pues podrían ser alcanzados), personalmente creo que la premisa de que el profesor siempre sabe más que el alumno es errónea. Quizás sepa más de algún tema, pero definitivamente habrá algún tema que no maneje y que podría conocer a través de las experiencias, historias y relatos de los estudiantes.
Educación libre, emancipadora y diversa...

En este sentido, el traspaso de saberes es bidimensional, no unidimensional. No solo porque los alumnos también enseñan y los profesores también aprenden, sino porque esos saberes pertenecen a distintas áreas que no siempre son "académicas". Sin embargo, lo que más llama la atención es la reticencia de muchas personas, incluidos padres, apoderados y familia, a aceptar que hoy existen nuevos paradigmas educacionales que promueven acercamientos "alternativos" del aprendizaje, por ejemplo, que no todos los niños y jóvenes tiene porqué aprender lo mismo.

A pesar de que suele repetirse que todos somos diferentes, que todos tenemos gustos y habilidades potenciales distintas, que incluso el mismo mercado laboral actual hace cada vez más necesaria la especialización (o en palabras simples, no saber poco de mucho, sino mucho de poco), se sigue pensando que los niños y jóvenes deben saber lo mismo, aprender de la misma manera y ser "evaluados" con los mismos instrumentos que medirán, una vez más, los mismos contenidos estandarizados.

¿Por qué seguimos promoviendo una enseñanza homogénea cuando podríamos incentivar un aprendizaje diverso? ¿Por qué nos negamos a aceptar que cada ser humano, incluidos los pequeños, deben desarrollarse a través de su propio camino, de un camino que no tiene porqué ser el de otro? Ojalá llegue el día en que sean estos los temas que, como sociedad, discutamos, pensando en permitir no solo la educación, sino el bienestar de las futuras generaciones, de esos miles de niños y jóvenes para los que ir al colegio es una sacrificio de asignaturas que poco o nada recordarán cuando logren escuchar su interior y formar su identidad.

Como dijo alguna vez Steve Jobs: "Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición".

Más que "mascotas"

Cuando se habla de mascotas, muchos evidencian en sus palabras que estas son una especie de producto. De hecho, muchas de ellas se compran en tiendas o criaderos a altos precios monetarios, dependiendo de factores como la raza, los padres, el número de camada o el pedigrí de las relaciones genealógicas. Incluso, aunque bajo mi perspectiva sea totalmente ridículo, el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) establece que las mascotas que se adquieren en el comercio establecido tienen derecho a la garantía legal, pues si bien tienen un desarrollo en el tiempo que los hace cambiar (crecen), se consideran un bien "no perecible". Es decir, una mascota es un producto como cualquier otra. En pocas palabras, su minino o perrito regalón podría ser el equivalente a una lavadora, pues no se enmarcan en el grupo de productos perecibles o de consumo inmediato.
La conexión entre un "ser viviente" y otro "ser viviente"...

Sin embargo, para otras personas, generalmente las amantes de los animales, las "mascotas" suelen ser más que eso: un compañero, un amigo, un ser viviente al que hay que cuidar no solo en aspectos materiales, como la alimentación, sino también en dimensiones emocionales. Por ello, consideramos a estos maravillosos seres como parte de nuestra familia. Pensando en lo anterior, la agrupación Quatro Patinhas de Brasil creó la campaña Priceless Pets en la que los animales rescatados de la calle, abandonados obviamente por un ser humano inconsciente, eran puestos en una vitrina de una tienda que vendía "mascotas" con el fin de demostrar que factores como la raza o el pedigrí no tienen ninguna relevancia al momento de elegir a un "compañero animalístico". 

El resultado fue impresionante. Todos aquellos que estaban dispuestos a pagar un precio monetario por una "mascota", se fueron felices a sus hogares con un ser viviente que, en realidad, no tenía precio, pero sí una valoración emocional, demostrando que lo más importante es la conexión que se puede entablar desde "un ser" a "otro ser". Entonces, la gran pregunta que todavía queda por responder es el por qué muchos aún necesitan una "garantía" de que sus "mascotas" funcionarán, especialmente considerando los altos niveles de abandono que existen en diversas naciones, incluida la chilena. De seguro es hora de crear conciencia de que una "mascota" es más que eso: es un ser viviente que necesita amor, cariño, caricias, preocupación y, sobre todo, responsabilidad. 







Parra: son "solo" 100 años...

Las bandejitas de Nicanor Parra.

100 años no se cumplen todos los días. El solo hecho de llegar a la centuria de vida es un acto digno de alabar o, al menos, homenajear. Pero estas conmemoraciones se hacen más recomendables si se trata de un poeta irreverente, de un vate loco, de un hombre genial que buscó romper esquemas: Nicanor Parra.

Aún recuerdo cuando decidí asistir a la exposición Obras públicas que se realizó en el Centro Cultural Palacio de La Moneda en el 2006. Pura genialidad era lo que se podía percibir al recorrer todo el montaje que implicaba una muestra del antipoeta. Las Tablitas de Isla Negra, Las bandejitas, los WC poems, los Videartefactos, los Trabajos prácticos y el sector dedicado a los medios masivos de comunicación formaban una gran burbuja poética (más bien, antipoética) en la que me sentí demasiado cómoda, a pesar de que nunca he sido una amante de la poesía.

Por ello, hoy, cuando Parra cumple 100 años, me pregunto a qué se debía mi confort mientras recorría la exposición. Conversándolo con mi entorno, he podido darme cuenta que la compleja simplicidad de su obra ha sido la razón de una afición que no se ha "ganado" ningún otro poeta. Pero, además, la irreverencia manifestada no solo mediante palabras escritas (prosa), sino por medio de objetos concretos que, de alguna u otra forma, son parte de la vida cotidiana, de mi vida cotidiana.

Las famosas bandejitas que todos hemos utilizado en alguna celebración; la ropa, los muebles, las antiguas teteras y bacinicas; las fotografías de personajes relevantes que aparecen en los medios de comunicación. Todos elementos cercanos, próximos, inmediatos, capaces de transformar una antipoesía, muchas veces "sin sentido", en un expresión artística que mueve y con-mueve, que presenta y re-presenta a un hombre igual a todos, pero distinto a todos.

El famoso Parrafraseo con el se buscó celebrar los 100 años de este físico y matemático mediante la lectura de su poema El hombre imaginario a las 12:00 horas del 5 de septiembrees solo una fracción ínfima de todas las declaraciones artísticas, filosóficas y hasta políticas que han aflorado de la mente de este genio de "solo cien años".

Pedagogía de lo humano

Pedagogía de lo humano: educar para la vida
Así como afirma Carlos Smith Saravia, hablar de pedagogía de lo humano podría parecer extraño o llevarnos a asumir que existe una pedagogía de lo no humano, cuando en realidad se trata de evocar la búsqueda y el encuentro con el interior del humano, con su conciencia, con su compasión, con su creatividad. Pero no dentro de cualquier ámbito, sino relevando a través de la enseñanza educativa el sentido de cada proyecto de vida de las personas, de los estudiantes, de esos niños y jóvenes que pasan gran parte de su existencia en una sala de clases. 

Sin ahondar profundamente en los planteamientos del escritor mencionado, traigo a colación este tema a causa de un video que observé hoy en las redes sociales. En este, la profesora Rita Pierson, maestra por más de 40 años, expone el énfasis que los educadores deben dar a las relaciones humanas para lograr un aprendizaje significativo, una enseñanza qué realmente signifique algo en las mentes, y en los corazones, de sus alumnos y alumnas.

Dentro de esta charla, da un ejemplo claro: una colega le señala que no le pagan para querer a sus estudiantes, sino para dar una lección que "deben" aprender. En términos prácticos, podríamos entender esto último como una determinada unidad didáctica del currículum, una determinada materia que, más tarde, será evaluada y calificada con una nota. Sin embargo, es precisamente en este ejemplo donde pienso que radica el problema: ¿cuál es el sentido de enseñar si no es con comprensión y empatía?, ¿cuál es la vocación verdadera si no se enseña, a fin de cuentas, con amor?

Además, esta fabuloso profesora explica una máxima esencial: antes de ser entendidos, hay que tratar de entender. Y justamente allí está la carencia. ¿Cuántos profesores se dan el tiempo de entender a sus estudiantes?, ¿de comprender cómo están?, ¿de conocer un poco más acerca de sus vidas? Quizás si los profesores partiésemos por entender a nuestros alumnos y alumnas, la lección ya no sería una imposición de un adulto lejano; se transformaría en la enseñanza de un maestro cercano, capaz de ser empático, de ponerse verdaderamente en los zapatos de esos estudiantes que, antes que todo, son humanos. 


¿Y por qué no?

Portada del libro ¿Por qué a mí?, de Robin Norwood.
Bastante común se ha hecho durante los últimos años publicar nuestras vidas por las redes sociales, especialmente aquellas como Facebook o Instagram que permiten, en una misma entrada, escribir, publicar fotografías, etiquetar a otras personas y recibir "likes" de los amigos. Aunque gran parte de las "noticias" de inicio con las que me encuentro al entrar en estas plataformas demuestran estados anínicos alegres, graciosos, agradecidos o felices; otras suelen estar repletas de quejas, lamentaciones y tristezas por eventos negativos que coronamos con un "¿por qué a mí?".

Esa ha sido la pregunta que me ha hecho reflexionar y preguntar: ¿por qué cuando recibimos una buena noticia no nos preguntamos lo mismo? Si conseguimos trabajo, publicamos que lo logramos; si nos enamoramos, celebramos nuestro amor con imágenes, canciones y poemas; si obtenemos una calificación alta, nos enorgullecemos por nuestro esfuerzo. Pero pocas veces nos preguntamos "¿por qué a mí?", como si las situaciones que calificamos de positiva, desde nuestra mente o nuestro corazón, "debiesen" ocurrirnos.

Quizás la ausencia de esta pregunta ante hechos alegres o agradables se deba a que es muy difícil de responder. Tal vez la causa radique en el hecho de sentirnos merecedores solo de situaciones positivas. Si bien esto no está demás, pues siempre es placentero tener una percepción amada de nosotros mismos, quizás debiésemos cuestionarnos un gran "¿y por qué no?" ante las penas y tristezas que experimentamos, especialmente ante aquellas emocionales, espirituales, sentimentales. Un "¿y por qué no"? a secas,

La respuesta tampoco será fácil; lo creo firmemente. De hecho, lo más probable es que no la encontremos o que encontremos alguna, desde nuestra perspectiva, que creamos insatisfactoria. Pero interrogarnos a nosotros mismos de esa manera podría llevarnos a ser más justos con la vida, con esa vida que siempre es un misterio maravilloso.


Arte Terapia: todos podemos

Si se busca la definición del concepto arte, son muchas las definiciones con que una persona se encuentra. Desde la virtud y disposición para hacer algo hasta la maña o astucia para ejecutar una acción se puede considerar arte. Sin embargo, en términos generales, se ha llegado al acuerdo de que el arte es una manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal que interpreta lo real o imaginado con distintos recursos (plásticos, lingüísticos, sonoros, entre otros). Y claro, si revisamos la historia, estas expresiones han sido realizadas por grandes personajes que, desde pequeños, sobresalieron del "promedio común": Sófocles, Da Vinci, Picasso, Dalí, Van Goh, Kandinsky y un largo etcétera.

Arte terapia: crear bajo la no-presión para sanar.
¿Pero qué sucede con quienes parecen no poseer una habilidad destacada para las artes? ¿Qué pasa con aquellas personas que, por enseñanza o disposición personal, "creyeron" que no tenían "dedos para el piano"? ¿Es que acaso no pueden manifestar su visión personal usando un lápiz, un pincel o sus manos? Desde mi perspectiva y experiencia, creo que sí; ha sido la necesidad de encasillarnos (por nuestra parte y la de otros) la que, de cierta forma, ha levantado un muro que nos aleja de las artes visuales, pictóricas, escénicas, esculturales, poéticas, narrativas.

Lo más entretenido y fantástico de todo este proceso creativo radica en dos elementos: la no-presión y la sanación. ¿A qué he denominado no-presión? A la ventaja de no tener que impresionar o contentar a nadie con los resultados. Por ejemplo, si optas por la narrativa como terapia, es probable que no termines con una obra como La Ilíada  de Homero o Canto General de Pablo Neruda. Si decides pintar, quizás no cuelgues en tu living algo como La noche estrellada sobre el Ródano de Van Gogh. Pero, eso: ¿qué importa? Te lograste manifestar y, por medio de aquella representación, conocerte un poco, contactarte con tu interior, tu verdadero "yo".

En segundo lugar, he descubierto que, tal como afirma Edith Kramer, pionera en esta disciplina, el manifestarnos de forma artística nos permite ampliar nuestras experiencias a través de equivalentes creativos que podemos elegir, variar, repetir o re-experimentar, llevándonos a resolver conflictos, entender las reales causas de los tan indeseados sufrimientos y, por supuesto, conocernos.

Por ello, sea mediante un cuento, una novela, una pintura, una acuarela, una figura de greda o un tejido, la acción de expresarnos mediante alguna "técnica" artística es totalmente recomendable. No es necesario estudiar de forma sistemática ni hacer un magíster en arte terapia; tampoco es un requerimiento "creer" que tenemos alguna habilidad artística. Solo se necesita elegir algún medio, una herramienta... y ponernos a crear. El mejor resultado será el conocimiento de nosotros mismos, de "dimensiones" que no jamás creíamos tener.

 
El rincón de Petronila © 2012 | Designed by Rumah Dijual, in collaboration with Buy Dofollow Links! =) , Lastminutes and Ambien Side Effects