Siempre se aprende cuando uno cumple la linda labor de enseñar. Si bien muchos profesores y profesoras, en la actualidad, continúan pensando que son ellos los llamados a "poseer" el conocimiento, es decir, quienes desde un pedestal deciden entregar parte de su sabiduría a un grupo de "in-sabios" (nunca todo, pues podrían ser alcanzados), personalmente creo que la premisa de que el profesor siempre sabe más que el alumno es errónea. Quizás sepa más de algún tema, pero definitivamente habrá algún tema que no maneje y que podría conocer a través de las experiencias, historias y relatos de los estudiantes.
En este sentido, el traspaso de saberes es bidimensional, no unidimensional. No solo porque los alumnos también enseñan y los profesores también aprenden, sino porque esos saberes pertenecen a distintas áreas que no siempre son "académicas". Sin embargo, lo que más llama la atención es la reticencia de muchas personas, incluidos padres, apoderados y familia, a aceptar que hoy existen nuevos paradigmas educacionales que promueven acercamientos "alternativos" del aprendizaje, por ejemplo, que no todos los niños y jóvenes tiene porqué aprender lo mismo.
A pesar de que suele repetirse que todos somos diferentes, que todos tenemos gustos y habilidades potenciales distintas, que incluso el mismo mercado laboral actual hace cada vez más necesaria la especialización (o en palabras simples, no saber poco de mucho, sino mucho de poco), se sigue pensando que los niños y jóvenes deben saber lo mismo, aprender de la misma manera y ser "evaluados" con los mismos instrumentos que medirán, una vez más, los mismos contenidos estandarizados.
¿Por qué seguimos promoviendo una enseñanza homogénea cuando podríamos incentivar un aprendizaje diverso? ¿Por qué nos negamos a aceptar que cada ser humano, incluidos los pequeños, deben desarrollarse a través de su propio camino, de un camino que no tiene porqué ser el de otro? Ojalá llegue el día en que sean estos los temas que, como sociedad, discutamos, pensando en permitir no solo la educación, sino el bienestar de las futuras generaciones, de esos miles de niños y jóvenes para los que ir al colegio es una sacrificio de asignaturas que poco o nada recordarán cuando logren escuchar su interior y formar su identidad.
Como dijo alguna vez Steve Jobs: "Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición".
Educación libre, emancipadora y diversa... |
En este sentido, el traspaso de saberes es bidimensional, no unidimensional. No solo porque los alumnos también enseñan y los profesores también aprenden, sino porque esos saberes pertenecen a distintas áreas que no siempre son "académicas". Sin embargo, lo que más llama la atención es la reticencia de muchas personas, incluidos padres, apoderados y familia, a aceptar que hoy existen nuevos paradigmas educacionales que promueven acercamientos "alternativos" del aprendizaje, por ejemplo, que no todos los niños y jóvenes tiene porqué aprender lo mismo.
A pesar de que suele repetirse que todos somos diferentes, que todos tenemos gustos y habilidades potenciales distintas, que incluso el mismo mercado laboral actual hace cada vez más necesaria la especialización (o en palabras simples, no saber poco de mucho, sino mucho de poco), se sigue pensando que los niños y jóvenes deben saber lo mismo, aprender de la misma manera y ser "evaluados" con los mismos instrumentos que medirán, una vez más, los mismos contenidos estandarizados.
¿Por qué seguimos promoviendo una enseñanza homogénea cuando podríamos incentivar un aprendizaje diverso? ¿Por qué nos negamos a aceptar que cada ser humano, incluidos los pequeños, deben desarrollarse a través de su propio camino, de un camino que no tiene porqué ser el de otro? Ojalá llegue el día en que sean estos los temas que, como sociedad, discutamos, pensando en permitir no solo la educación, sino el bienestar de las futuras generaciones, de esos miles de niños y jóvenes para los que ir al colegio es una sacrificio de asignaturas que poco o nada recordarán cuando logren escuchar su interior y formar su identidad.
Como dijo alguna vez Steve Jobs: "Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición".